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Zelkova Serrata a la que hay que meter mano tan solo un mes después de acordar.

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Hace no demasiado publicamos un post en este blog, Cuidados de Bonsai, en el que hablábamos sobre los acodos y presentábamos los que teníamos en proceso. Pues bien… ¡POCOS DÍAS DESPUÉS ME VI EN LA NECESIDAD DE SEPARAR EL ACODO DE LA ZELKOVA SERRATA!

La Zelkova, una mala bestia en el mundo del bonsai.

Por mi experencia con las Zelkovas, aunque no con una Zelkova Serrata ya que es mi primera vez, sabía que tenían una potencia y un vigor envidiable. Esos sí, no me esperaba esto.

Con un mes aproximado desde que se hizo el acodo en mi “palillo” de proyecto de bonsai, las raíces ya eran más que visibles a través del film transparente, así que… ante la duda de que el espacio para desarrollar nuevas raíces fuese muy escaso, decidí meterle mano y evitar males mayores. Además, con estos días de calor, estaba notando la parte acodada más… decaída, cosa que rápido asocié a un mal entorno, por la razón que fuese, para sacar nuevas raíces a su antojo. Así que, ni corto ni perezoso, descubrí el acodo y todo marchaba sobre ruedas.

Retiré el musgo sphagnum y vi raíces, bastantes y bien distribuidas. Bien. Estaba ante el primer acodo exitoso de mi vida.

Acodo: de bolsa de musgo sphagnum a maceta. Bueno, a colador.

Con todo visible y más tranquilo, decidí pasar la parte acodada de mi Zelkova Serrata a una maceta con sustrato muy drenante y los restos de musgo retirado. Últimamente ando haciendo pruebas con los sustratos. Y con abonos y demás, pero eso podemos dejarlo para otro post. El caso es que ahora mismo, mi sustrato principal se compone de pómice y volcánica con restos de akadama y kiryu. Bueno, vale, y tambien algo de harina de torta de neem y tierra de diatomeas. No sé si estos últimos hacen algo, ya que al ser “polvo” cuando se riega se va casi todo al drenar.

El caso, que me enrollo, el acodo a un nuevo colador. Días después lo pincé para reducir la poca parte foliar por si podía ser contraproducente. Aún no tengo un estilo claro, así que no me preocupa cortar de más o de menos.

La parte restante… vamos, el palillo original, se quedó donde estaba con un poco de balsamo cicatrizante en el corte y días después se pizó también.

Acodo exitoso, bonsaista feliz.

No negaré que esto de los acodos… no solo es un vicio, si no que es una maravilla. Tenemos otros… 5 acodos, creo, repartidos entre acers palmatum, un malus diablo rojo, y un haya, los cuales aún están en proceso y solo puedo ansiar que llegue el momento de descubrirlos y meter tijera. Además, siendo el primer acodo que separo después de usar Clonex me deja aún más expectante del resto.